La fachada exterior del edificio y el muro del jardín están revestidos de piedra de barril tallada a mano, rindiendo homenaje a la arquitectura modernista temprana de Jordania. Esta elección de materialidad crea una presencia unificada y monumental, fusionando de manera fluida los elementos tradicionales del muro del jardín con la residencia.
Además, el interior de la casa celebra la artesanía local, ejemplificada por los detallados grabados en yeso tallado a mano que revisten el espacio de doble altura. Estas características no solo hacen eco de la estética exterior, sino que también funcionan como superficies acústicas, mejorando el ambiente interior.